Cuando alguno de mis clientes me comenta que entre sus tres valores principales está la "responsabilidad" no puedo evitar suspirar. No los juzgo y cada persona es diferente sin lugar a dudas, pero la responsabilidad siempre se manifiesta de las mismas formas:
1.- Como freno de mano. Sin darte cuenta, "como eres responsable", haces "lo que se supone que debes hacer". Que no es otra cosa que lo que la sociedad o las personas de tu alrededor te marcan como "correcto". Independientemente de que te guste, lo desees o sospeches que no va contigo.
Evidentemente, te limita, te sientes ahogado, justifica que no te muevas en dirección a tus sueños.
2.- Te acompaña, como una tenue llama de esperanza, susurrándote que hagas caso a tu corazón. Es esa sospecha de que estás en el mundo para hacer algo, para Ser algo más que lo que eres ahora. Es ese brillo en los ojos que resplandece cuando te pones a soñar con tu futuro ideal, con el futuro que te mereces y que realmente puedes llegar a alcanzar si te lo propones.
Porque además, "al ser responsable", darás los pasos correctos, con los riesgos controlados, y uno detrás de otro.
Solo tienes que decidir cómo enfocar esa Responsabilidad, hacia dónde mirar:
Tu freno o tu Seguridad de que puedes y vas a hacerlo bien.
No digo que sea fácil esta elección, solo digo que si tienes un sueño es porque también tienes las herramientas para hacerlo realidad (por eso no todo el mundo sueña con lo mismo).
Es decisión tuya utilizar la responsabilidad como escudo o como impulso para Ser feliz. Tú mismo.
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