lunes, 10 de junio de 2013

Eres una persona de influencia...¿Lo sabías?

Doy fe de ello, así, aunque no te conozca personalmente. Si eres realmente un líder, influyes en los demás, independientemente de tu edad, tu trabajo, o el puesto que desempeñes. Y esos demás de  los que hablo pueden ser compañeros de trabajo o también los miembros de tu familia.

Por ello, conviene recordar ciertas cosas:

1.-La influencia y la responsabilidad van de la mano. Eres un espejo para los que te rodean, te des cuenta o no de si te están mirando.

2.-Tu influencia puede ser positiva o negativa. Si solo hablas de tus dificultades o transmites negatividad...no ayudas a nadie e imagínate de que manera puede afectar estar cerca de ti. Pero si muestras tus deseos de seguir adelante, tu confianza en ti mismo o en la vida, podrás inspirar a los demás a ser lo que son y lo que pueden llegar a ser.

3.-Añade valor. Sí, va unido al punto de antes. Valora a los que te rodean por lo que ya son y dales una reputación que sostener. Si tratas a alguien por lo que puede llegar a ser, le das permiso para ser su mejor versión, para llegar tan alto como pueda. No querrán decepcionarte ni quedarse a medias.

4.-Tu influencia no es en todas las áreas de tu vida. Habrá gente que sea mejor que tú en...habilidades culinarias o en contabilidad, y habrá que cederles el puesto de líder, con total humildad y satisfacción.

Y vale, que sí, que es probable que lo que te he dicho lo sepas, pero no se trata de que lo sepas, se trata de que lo hagas.

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