Eso va a marcar enormemente el resto del día, lo creas o no.
Fíjate en los bebés, o incluso en los perros o gatos. Lo primero que hacen es desperezarse bien, con ganas, activan su cuerpo estirando todos y cada uno de sus miembros,...¿Tú lo haces? ¿Avisas a tu cuerpo de que vas a necesitar todos y cada uno de sus músculos, células, huesos,...etc? Y si no le avisas... ¿esperas que te acompañe con un nivel alto de energía durante todo el día?
La segunda clave: Gracias, gracias, gracias!! Sí, piensa (y si es por escrito, mejor) todo aquello por lo que puedes dar las gracias nada más poner los pies en el suelo. Puedes dar las gracias por las sábanas, por el techo sobre tu cabeza, por la persona que duerme a tu lado, por un nuevo amanecer, el sol que tiñe de rosa el cielo, por tus ojos, tus manos, el café recien hecho,....por tantísimas cosas....que es imposible empezar el día sin sentirte afortunado. ¿Eres cosciente de ello?
La tercera clave: Vístete con tu mejor sonrisa. Sí, porque nada agrada más, ni sienta mejor, que una sonrisa en tu rostro. Que no significa que no tengas problemas, significa que has decidido, si los tienes, cómo afrontarlos: con ilusión, esperanza, optimismo,...
¿Crees que no se puede? Dímelo otra vez después de ver esto:
Y luego podrías hacer muchas cosas más: ejercicio, desayunar sano, ponerte música alegre,...pero eso para otro día.
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