¿A qué esperas?

Repito esta pregunta una y otra vez y la respuesta cuando soy tan directa es por costumbre encogerse de hombros.

Pero insisto porque quiero que oigan en voz alta la excusa que se dan para no ser felices, para apuntarse a un taller, para empezar un régimen, para mejora las relaciones con algún familiar,... ¡excusas, excusas, excusas!

¿Qué excusas te estás dando tú para no hacer aquello que quieres hacer?

¡ojo! que está en negrita la palabra quieres. No te estoy preguntando por lo que deberías hacer o por lo que tienes que hacer,...eso es muy diferente y con esos verbos (primos de la obligación) es lógico que se te ocurran muchas justificaciones.

Te estoy preguntando por lo que realmente quieres hacer, por lo que tu corazón y tu alma están pidiéndote a gritos que hagas (tu sabrás qué es).

Y entonces insisto de nuevo... ¿a qué esperas para hacerlo?

Te doy algunas respuestas muy comunes: a que llegue el verano, a que mis hijos acaben los estudios, a Enero, al año que viene sin falta, a tener más dinero, a tener tiempo libre,....

Pero luego sabemos que el momento ideal no existe, sabemos que lo tenemos que crear nosotros, sabemos que solo depende de nosotros,... y pensamos que llegará el verano, que los hijos (algún día) acabarán los estudios, o que llegará Enero, el año que viene, o que tendré más dinero e incluso tiempo libre... ¿Quién te ha dado garantías de que así será?

Este es el momento, te guste o no. Él presente es todo lo que tienes. Sé que lo sabes, pero quiero que lo sientas. Tu vida no cambiará mientras tú no cambies. El tiempo es vida, hoy tienes tiempo, hoy tienes vida ¡aprovéchala! ¡Disfrútala! Tienes un sueño, una misión, algo que te ilusiona!! Escúchate.

Te mereces lo mejor ¿Por qué retrasarlo?